Aunque a muchos les parezca difícil de creer, en la costa alicantina aun se encuentran pequeñas calas escondidas, poco visitadas, sobre todo fuera de la temporada alta, que son un privilegio para aquellos que las visitan. En este caso os hablamos de Cala Llebeig, una de esas pequeñas joyas que quedan en la costa del municipio alicantino de Benitachell.
Cala Llebeig, joya escondida entre acantilados
Parece que en esta vida que llevamos todos pretendemos la inmediatez, el tener lo mejor al alcance de la mano, eso ha hecho que algunas de las playas y calas más bonitas de Alicante se hayan transformado con el paso de los años, y que solo determinados “trozos” de la Costa Blanca permanezcan a salvo de la urbanización y la presión turística.
Una de esas pequeñas joyas que persisten es Cala Llebeig, en el termino municipal de El Poble Nou de Benitatxell, y lo es gracias a su complicado acceso, que realmente no lo es tanto, pero la comodidad de la que antes hablábamos ha hecho que queramos dejar nuestro coche a pie de cala, o playa.
Gracias a esto, los que nos gusta la naturaleza, y disfrutarla en la mayor medida posible en su estado natural, podemos visitar estos rincones recónditos que aun encontramos, entre ellos nuestra amada Cala Llebeig.
¿Cómo llegar a Cala Llebeig?
La Cala Llebeig se encuentra en la franja costera que pertenece al municipio de la Marina Alta alicantina de Benitachell. Este pueblo, que se encuentra hacia el interior, tiene un tramo muy pequeño de costa, algo más de 2 kilómetros.
La cala se encuentra en la salida al mar del Barranco de la Viuda, y para acceder a ella, sí o sí, tendremos que realizar una ruta senderista, más o menos larga, en función desde el punto que queramos dejar el coche, o bien acceder por vía marítima, en barco, kayak, padel sup, etc. Existen 3 opciones para llegar a pie, que ahora os vamos a explicar:
- Desde la Ruta de los Acantilados de Benitachell: A nuestro modo de ver, es la mejor opción, ya que no solo disfrutaremos de la cala, sino también de unas de las vistas más impresionantes de la costa alicantina. Deberemos dejar el coche en esta ubicación, el parking antes de la bajada a Cala Moraig, y realizar esta ruta de unos 2 kilómetros que bordea los acantilados, que tiene un tramo final algo abrupto, y que os contamos con detalle en este artículo.
- Segunda opción, para los más comodones: Aparcaremos en esta zona de aparcamiento, la más cercana a la cala, y descenderemos un sendero que discurre por parte del Barranco de la Viuda, hasta llegar a la cala.
- Recorriendo el Barranco de la Viuda: Dejaremos el coche aparcado en el Camino de la Viuda, y recorreremos el sendero que discurre por todo el barranco, que es parte de la ruta senderista SL-CV50, hasta llegar a la cala.
Como veis, cualquiera de las opciones para llegar a la cala implica andar por algún sendero, por lo que como es obvio, necesitaréis llevar calzado apropiado.
Cala Llebeig
La pequeña Cala Llebeig es una pequeña cala de piedra y roca, que forma una pequeña U, lo que la abriga de las corrientes de la zona. Esta protección otorgada en gran medida por la Punta de l`Aldera, que es la terminación del Morro Blau, otorga una zona excepcional para la práctica del buceo o snorkel.
La dificultad de acceso, así como las condiciones de la propia cala, con canto rodado, hace que normalmente encontremos poca gente en ella, salvo los que les gusta andar, o llegan con barco, kayak o padel sup.
La pequeña cala, que no dispone de más de 50-60 metros de zona para “echar la toalla”, dispone de unas de las aguas más limpias y cristalinas de la costa alicantina, y es una zona ideal para disfrutar del snorkel, prestando siempre atención a las condiciones marinas.
Como es habitual en otras calas del arco mediterráneo, para poder bañarnos será necesario usar zapatillas de agua o escarpines para poder acceder al mar debido a las piedras y rocas.
En cuanto a las casas o estructuras que salpican la cala, seguidamente, y hablando de su historia, os damos más detalles.
Cala Llebeig, una historia de contrabandistas y pescadores
La historia de Cala Llebeig está salpicada por historias de piratas y contrabandistas, de pescadores, y de agricultores y ganaderos. Entre el siglo XV y el XVIII, la costa mediterránea era frecuentada por corsarios, piratas, y todo tipo de contrabandistas, de hecho, la franja de costa alicantina la encontramos llena de torres defensivas, como ya os hemos hablado otras veces de ellas, en ejemplos como el Castell de la Granadella, o la Torre de l `Aguilò.
Pero la Cala Llebeig, por su ubicación entre acantilados, y lo escondida que quedaba, era frecuente escondite para barcos piratas y de contrabandistas, habiendo registros que indican que ya durante el siglo XVIII se enviaban soldados en busca de esos piratas.
Durante el siglo XIX, la cala se convirtió en refugio de pescadores, que construían sus casetas, para guardar sus aperos, e incluso para dormir, y de contrabandistas, por ello, se construyó un puesto de Carabineros, lo que hoy en día sería la Guardia Civil, para el control de aquellos que intentaban traficar con mercancías.
Hoy en día aun se conserva aquella vieja caseta de carabineros, de hecho, es la construcción más bonita, y seguramente la más fotografiada por aquellos que llegamos hasta Cala Llebeig. Quizás con un poco de suerte, podéis coincidir con algún descendiente de aquellos pescadores que habitaban esta cala, y que os cuente alguna historia, que seguro que hay muchas por contar.
Lo que está claro, es que la Cala Llebeig, debe continuar como hasta ahora, salvaje, recóndita, y libre de la construcción moderna que tanto daño ha hecho a nuestra preciosa Costa Blanca.
Amante de los viajes con mochila, y siempre pensado en el próximo viaje, y en transmitir a mis hijas la pasión por viajar y por conocer mundo, culturas, religiones y vivir nuevas experiencias. Viajar es educar, viajar es comprender, viajar es empatizar. Viajar es el mejor regalo que les puedo ofrecer.
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