Si quieres disfrutar de las mejores vistas de la cala más impresionante de Alicante, la Granadella, tienes que realizar la ruta al Castell de la Granadella, una corta ruta circular que te mostrará esta impresionante cala, a vista de pájaro.
La Cala Granadella es definida por mucha gente como la cala más bonita de toda la Costa Blanca alicantina, y no sabemos si será la más bonita, pero lo que está claro es que es una de las más impresionantes.
Castell de la Granadella, ruta circular
La ruta al Castell de la Granadella forma parte del sendero de pequeño recorrido PR-CV 354, que recorre todo el parque forestal de la Granadella.
El recorrido total del PR-CV 354 son casi 14 kilómetros, y cuenta con un desnivel de casi 1200 metros, con lo que nosotros decidimos hacer una ruta más corta, realizando la que se conoce como ruta al Castell, que nos permite disfrutar de parte del parque forestal, y de las vistas de la formidable cala Granadella, desde alguno de los miradores que encontraremos a nuestro paso.
Datos técnicos y mapa de la ruta
Como decíamos antes, nosotros optamos por realizar una ruta algo diferente a las variantes que se pueden realizar de la PR-CV 354. En total hicimos un poco menos de 4 kilómetros y medio, partiendo y volviendo al parking de la Cala Granadella.
La ruta no es difícil, pero tampoco se puede calificar de sencilla, y si se va a hacer con niños, se recomienda que sean niños acostumbrados a salir a la montaña, ya que algunos tramos se realiza por la cresta caliza de la montaña, y son lugares que hay que ir con cuidado.
En cuanto al desnivel, no es demasiado, algo más de 300 metros de desnivel acumulado, pero si que es cierto que hay tramos de bastante subida, donde se asciende en aproximadamente 1 km, casi 200 metros de desnivel. Como siempre, seguidamente os adjuntamos el track gps de la ruta que realizamos nosotros:
Descripción de la ruta y puntos de interés
Comenzaremos la ruta en la zona de aparcamiento que hay junto a la Cala Granadella. Saldremos a la carretera que baja a la playa, y veremos una zona de chalets, y un club de buceo.
Justo un poco más adelante del Club de Buceo, vemos que la calle se bifurca en dos, y la primera señalización del sendero, indicando el camino que sube, el de la izquierda, dirección al Castell. Ojo, el camino de la derecha nos lleva a otro tramo de la ruta, no os equivoquéis.
El primer tramo de ascenso se hace por una pista hormigonada, que pasa por diferentes casas y chalets. Este ascenso, nos va dejando buenas vistas del entorno, y si miramos hacia el punto de partida de la ruta, podemos ver la sinuosa carretera que nos servirá de salida posterior del entorno de la cala.
Llegados a un punto, deberemos tomar un camino que parte a la izquierda, dirección al mar, hasta un chalet, en que el camino se transforma en senda con una barandilla de madera, que nos separa del abismo.
Desde este lugar, al inicio de la senda, ya empezamos a tener unas formidables vistas de la Cala Granadella, por lo que merece la pena parar y echar algunas fotos, observando la bien definida forma de concha que tiene la cala.
Unos pocos metros más adelante, encontramos un pequeño mirador, que nos muestra la cala en todo su esplendor, con sus característicos acantilados que cierran la pequeña concha que forma la cala. Además, desde este mirador, podemos ver toda la línea de acantilados hacia el norte, hasta la Isla del Descubridor y la Punta de Ambolo.
Junto al mirador, encontramos un panel informativo sobre las Minas de Ocre que había en esta zona, y que se utilizaba como pigmento. Aunque de las minas o pozos de donde se extraía queda poco que ver.
En este punto, la senda comienza una bajada algo peligrosa para los niños, debido al mal estado en que se encuentra la escalera de piedra por la que discurre el sendero. Será un punto donde deberemos prestar especial atención.
Tras bajar hacia una especie de barranco, comenzaremos a bordear y ascender la siguiente loma, que nos llevará a un paso con cadenas, en el que, a pesar de no ser peligroso, hay que llevar cuidado.
Una vez bordeada esta montaña, veremos allá abajo, el Morro del Castell, donde está ubicado el castillo o fortificación. Para llegar hasta el Castell, deberemos ir descendiendo por la senda, que se cruza con la que baja de la cresta, por la que luego subiremos.
Llegados al Castell de la Granadella, del que os hablaremos un poco más adelante, encontramos otro mirador, que nos vuelve a ofrecer una panorámica de la cala y los acantilados que la flanquean.
Tras reponer fuerzas, retrocedimos por nuestros pasos, hasta el cruce del sendero, en el que tenemos la opción, de volver por donde hemos venido, o como hicimos nosotros, comenzar la ascensión hacia el Mirador de Levante.
Este tramo de ascensión se realiza por la cresta de la montaña, y es quizás el más complicado, ya que se realiza directamente por la piedra caliza, sin sendero como tal, y hay que fijarse muy bien donde se pisa.
A mitad de la ascensión, encontramos una pequeña planicie, con una especie de plataforma, que nos asoma de nuevo hacia la cala y que nos ofrece, a nuestro parecer, las mejores vistas de toda la ruta.
Llegados a la parte superior de la cresta, tenemos nuevas vistas hacia los acantilados de la zona de Benitatxell, donde también se puede realizar una ruta genial.
Un último esfuerzo de subida, nos llevará hasta el punto más alto de la ruta, a 180 metros sobre el nivel del mar, donde encontramos el conocido como Mirador de Levante. No os esperéis un mirador al uso, más bien es una antigua estructura recuperada, con unos bancos para descansar y disfrutar de la costa.
Desde este punto, y por un sendero ya más ancho, pondremos rumbo hacia el interior. Pasados unos cientos de metros, saldremos a un cruce, en el que deberemos tomar la pista hormigonada, y con una cadena que sale a nuestra derecha, que nos llevará al inicio de la ruta. La bajada por esta pista, tiene unas vistas interesantes, con la cala allá abajo, y las antiguas terrazas de cultivo en la montaña por la que descendemos.
Tras terminar la ruta del Castell de la Granadella, decidimos comer en la preciosa cala Granadella, una pena que el mar se moviera un poco, y no nos permitiera darnos un baño.
Información sobre el Castell de la Granadella
El Castell de la Granadella, se encuentra bastante deteriorado, a pesar de encontrarse vallado, pero aun así vimos a varias personas metiéndose entre las ruinas, subiéndose a ellas, y haciéndose fotos sobre lugares que no se deben pisar.
Estas actitudes nos disgustan muchísimo, deterioran el patrimonio, muchas veces ya bastante deteriorado para que, por obtener una foto, aun tenga que estarlo más.
En cuando a la fortificación, está datada en el siglo XVIII, y fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 1996. La estructura, mal llamada Castell o castillo, es una de las baterías que poblaban la costa mediterránea, y tiene una característica forma de herradura.
Esta torre, se construyó para frenar a los barcos de corsarios que pirateaban por la costa mediterránea, al igual que otras torres que ya hemos visitado como la Torre de la Atalayola en la que se ubica actualmente el Faro de Santa Pola o la Torre del Aguiló.
Los datos históricos indican que las guerras napoleónicas, durante el siglo XIX, fueron las responsables de su destrucción, ya que la fortificación fue minada, de ahí su estado de deterioro.
Los documentos históricos que se conservan en el Museo Arqueológico Soler Blasco de Jávea, indican que las dimensiones de la torre original alcanzaban los 17 metros de altura y contaba con muros de 2 metros. Cerca de la torre, podemos visitar también un aljibe.
Parece ser, que el Ayuntamiento de Xàbia tiene en marcha un proyecto de restauración y recuperación de los restos del Castell, algo que sería genial para poder recuperar este pedacito de historia de la costa mediterránea.
Si os habéis quedado con ganas de más tras leer sobre la ruta al Castell de la Granadella, podéis echar un vistazo a otras rutas costeras en la provincia de Alicante:
- Sendero de la Costa en Villajoyosa
- Paseo junto al mar en Benissa
- Ruta de los Acantilados de Benitatxell
Amante de los viajes con mochila, y siempre pensado en el próximo viaje, y en transmitir a mis hijas la pasión por viajar y por conocer mundo, culturas, religiones y vivir nuevas experiencias. Viajar es educar, viajar es comprender, viajar es empatizar. Viajar es el mejor regalo que les puedo ofrecer.
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