Existen lugares que desde que los ves en la primera foto deseas visitarlos, y eso es lo que nos pasó a nosotros con el Charco Azul de Chulilla, quizás uno de los enclaves más bonitos del río Turia. Aguas color turquesa, pasarela al “infinito”, enamórate con nosotros de este bello paisaje.
El Charco Azul, Chulilla
Según cuentan en el pueblo, el origen del Charco Azul, viene de un azud de la época árabe. Un azud no es más que una pequeña presa que se utilizaba para embalsar el agua que bajaba por el Turia, y canalizarla para el riego de los cultivos de la zona.
Actualmente, el agua del Turia se encauza más arriba, pero la pequeña presa del Charco Azul sigue estando presente, y el canal que desvía el agua, además de para el riego, se utiliza para la producción en electricidad.
El Charco Azul lo encontramos a continuación de los meandros que forma el río Turia al paso por el cañón que hay más arriba, y que se pueden visitar en la famosa ruta de los Puentes Colgantes o de Los Pantaneros.
Hoy en día, el Charco Azul es el imponente remanso de agua que se forma tras la represa, y donde se ha creado un agradable y bello estanque de aguas color turquesa, donde la gente del pueblo, y lo que visitan Chulilla, acuden a refrescarse, o simplemente a disfrutar del entorno.
Ruta al Charco Azul
La ruta al Charco Azul sale del mismo centro del pueblo de Chulilla, bajando por una calle junto a la Plaza de la Baronía, y nos lleva en algo más de 2 kilómetros a este precioso remanso de agua. La ruta se corresponde con el sendero local SL-CV 74, el cual, francamente, no están bien marcado. En el siguiente mapa podéis ver la ruta que nosotros hicimos, y que ahora os describiremos, en la que además de visitar el Charco Azul, recorrimos algunos puntos interesantes de la zona.
La ruta en total nos llevó unos 4,5 kilómetros, y tiene un desnivel positivo de algo más de 100 metros, podéis descargar el track gps desde el siguiente enlace. Se trata de una ruta sencilla, que se puede realizar perfectamente con niños.
Existe una variante, que vuelve al pueblo por la parte trasera, siguiendo el cauce del río bordeando el pueblo, pero nosotros no pudimos hacerla, ya que debido a lluvias recientes, el río bajaba con bastante agua, y habían varios pasos que tenías que mojarte los pies para cruzarlos, y en nuestro caso no llevábamos calzado apropiado.
El primer tramo de la ruta desciende por las calles del pueblo, pasando por lugares curiosos, como un terreno que debe ser de un escultor o similar, en el que encontramos curiosas y divertidas esculturas hechas de los materiales más diversos.
Un poco más abajo, encontramos una bifurcación, a la izquierda podremos descender hasta el río, donde el sendero nos llevará directos al Charco Azul, pero nosotros os aconsejamos que cojáis el sendero que parte a la derecha, pegado a las paredes del cañón.
Este sendero, nos lleva en varios puntos pegados al canal por el que se dirige el agua para generar electricidad. Veréis que el agua discurre con gran fuerza, y además el canal tiene gran profundidad, aunque está vallado, prestar especial atención. Siguiendo el sendero, encontramos varios puntos chulos donde tomar alguna foto, tanto del canal, como de las paredes del cañón.
Tras pasar la zona de canalización, descenderemos, y encontraremos en el lado derecho de la pared, las antiguas pasarelas de madera por las que se llegaba hasta la presa, que hoy en día se encuentra en un estado ruinoso. Aunque vimos a algunos chavales jóvenes accediendo a ellas, no os lo recomendamos, están muy deterioradas, y lo único que puede pasar es que tengamos un accidente.
Si el río baja con poca agua, si os descalzáis o si lleváis zapatillas de agua, desde este punto, podréis cruzar el agua, e ir al lugar donde se encuentra la famosa estampa del Charco Azul, si como en nuestro caso, no es así, podréis volver sobre vuestros pasos, y en una bifurcación tras pasar la zona de canales, cruzar por pasarela al otro lado.
Tras cruzar, y andando unos cientos de metros, llegaremos a la impactante pasarela, que parece introducirnos directamente en el cañón, y que deje la impresionante imagen que todos reconocemos del Charco Azul de Chulilla.
Si sois como nosotros, os tiraréis un buen rato en este lugar, disfrutando de este bello entorno, y de si tenéis suerte, la tranquilidad de estar casi solos. Nosotros fuimos a principios de mayo, en fin de semana, pero a última hora de la tarde, y apenas nos cruzamos con 10-12 personas, y el camino de vuelta lo recorrimos prácticamente solos, disfrutando del paisaje de esta zona tan bonita del interior de Valencia.
La ruta al Charco Azul es perfectamente combinable con la ruta de los Puentes Colgantes, otra de las visitas que no os debéis perder en Chulilla. Y para terminar, os dejamos un video de la ruta al Charco Azul.
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Amante de los viajes con mochila, y siempre pensado en el próximo viaje, y en transmitir a mis hijas la pasión por viajar y por conocer mundo, culturas, religiones y vivir nuevas experiencias. Viajar es educar, viajar es comprender, viajar es empatizar. Viajar es el mejor regalo que les puedo ofrecer.
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