Llevábamos tiempo queriendo visitar la impresionante Cova Bolumini, en el término municipal de Alfafar, a la que se llega tras una ruta por la Sierra de Mariola, uno de los enclaves más bellos de Alicante Interior.
Cova de Bolumini, Sierra de Mariola
La Cova de Bolumini, o Cova Blanca como también es conocida, se encuentra en el Parque Natural de la Sierra de Mariola, a escasos kilómetros de la localidad alicantina de Alfafara, y con unas excepcionales vistas a la provincia de Valencia.
La cueva está ubicada en la pared oeste del Cabeçó de Mariola, una montaña sobre la que se asentó un poblado íbero, del que todavía quedan algunos restos.
La cueva cuenta con una boca de unos 15 metros, y un característico arco doble, es poco profunda, aproximadamente 30 metros, y fue utilizada como asentamiento en la época neolítica, hallándose restos como cerámicas, collares e incluso un enterramiento, por Vicente Pascual Pérez, que fue quien realizó las primeras investigaciones serias en el año 1957.
¿Cómo hacer la ruta a la Cova Bolumini desde el Camping Mariola?
La Cova Bolumini se encuentra a unos 2 kilómetros del parking del Camping Mariola, dependiendo de la ruta o senda que queramos coger para llegar hasta la cueva.
Como sendero marcado de referencia para llegar a la cueva, encontramos el PR-CV 370, que partiendo desde Alfafara, llega al Camping sube a la cueva, continua a la cima del Portín, y de allí a la Cava Don Miguel, para volver de nuevo hacia Alfara.
En nuestro caso, optamos por realizar un tramo de varios senderos combinados, pero más adelante os hablamos de las alternativas que tenéis si solo queréis visitar la cueva desde el camping.
Datos técnicos y mapa de la ruta
Como decíamos, la ruta que nosotros tomamos sigue en parte el curso del sendero PR-CV 370, pero desviándose en un punto para realizar una ruta circular desde el camping Mariola.
Desgraciadamente, en esta ocasión el gps nos falló y no pudimos registrar bien la ruta, pero os ponemos la ruta de nuestros amigos de Link Alicante, ya que realizamos una ruta similar a la que realizaron ellos:
La ruta total está entre los 8-9 kilómetros, con un desnivel positivo que no llega a los 300 metros positivos, y bastante sencilla de realizar a excepción de un parte de tramos, la senda de subida a la Cava de Don Miguel, y una pedregosa en la subida a la cima del Portín.
Es una ruta que se puede hacer perfectamente con niños que estén acostumbrados a andar, y si subís solo a la Cueva Bolumini, es bastante sencilla para hacerla con niños, salvo el último tramo de senda estrecha que nos acerca a la cueva, donde habrá que ir pendientes de los peques por discurrir la senda junto a la ladera de la montaña.
El punto más alto que alcanzaremos en la ruta es la cima del Portín, que está 1086 metros, pero hay que tener en cuenta que ya partimos de aproximadamente 900 metros de altura. Podéis haceros una idea de la ubicación, con este mapa de esta zona de la Sierra de Mariola.
La ruta discurre por tramos de camino, amplío y bien señalizado, y por otros tramos de sendero estrecho y con bastante maleza, en el que deberemos prestar atención a no desviarnos en alguna variante, por ello, como siempre, os recomendamos llevar el track gps descargado, por si lo necesitáis.
Descripción de la ruta y puntos de interés
Nuestra ruta comenzó frente al Camping Mariola, justo en frente hay una buena zona de aparcamiento, y veremos señalizada la ruta. Otra opción, es comenzarla en el Área Recreativa Font de Mariola, la cual fue en nuestro caso, un punto de paso en la ruta.
El inicio de la ruta nos lleva por una senda, pegada a unos campos, hasta un cruce de caminos, en el que tomando hacia nuestra izquierda, subiríamos directo a la Cova Bolumini.
En nuestro caso, tomamos el camino de la derecha, dirección al área recreativa Font de Mariola, llegando a un nuevo cruce, en el que, hacia la derecha, encontraríamos el área recreativa, y donde también vimos algunas autocaravanas estacionadas, junto a unas mesas de picnic.
En ese cruce, tomamos el camino amplío dirección izquierda o norte, dirección a la Font del Mas dels Arbres, el primer punto de interés con el que nos topamos en la ruta.
En esta fuente, vimos muchas personas viniendo a recoger agua con envases, ya que es de agua potable, y al parecer de muy buena calidad. Junto a la Font del Mas dels Arbres, conocida también como Font del Cirer, encontramos un pequeño estanque en el que vemos indicaciones de que se está siguiendo un programa de recuperación de anfibios.
En este punto, encontramos nueva señalización de la ruta, que continua por el camino que veníamos andando, hasta pasados unos doscientos metros, parte un camino a la izquierda, justo en este punto, que deberemos tomar.
Este tramo de camino, nos llevará hasta una zona de bancales de agricultura, que en nuestro caso estaban sembrados, y nos ofrecían una bella panorámica.
Justo donde acaba el camino, comienza una senda en ascenso, dirección a la Cava Don Miguel. Esta senda es realmente bonita, con muchas curvas y puntos donde la vegetación la ha invadido, pero nos ofrece unas vistas muy chulas. El ascenso, aunque no es muy duro, sí que es continuo, y con piedras sueltas, pero nada difícil si está en buena forma física.
La recompensa al llegar arriba de la montaña, además de la cava, será las impresionantes vistas que tendremos de la planicie que encontramos tras la Sierra de Mariola.
Cava de Don Miguel
La Cava de Don Miguel, es una de las diferentes cavas que encontramos por todo el Parque Natural de la Sierra de Mariola.
Una cava o nevero, eran estructuras que se construían para el almacenamiento de la nieve, y en la Sierra de Mariola se construyeron varias cavas durante los Siglos XVII y XVIII para abastecer de nieve, o hielo, a localidades como Onteniente, Játiva o Gandía.
La Cava de Don Miguel, es una de las más grandes de la zona, con un diámetro de 14,5 metros y algo más de 10 metros de altura, y se piensa que se construyó a mediados del siglo XVII, y aunque ha perdido su techo, es realmente impresionante.
Se encuentra situada en la parte septentrional de la Sierra de Mariola, a unos 1050 metros de altura, cuenta con 3 puertas de acceso, pero llama la atención la puerta que da acceso a la parte principal de la cava.
Junto a la cava, encontramos indicadores de las diferentes rutas que pasan por aquí, entre ellas la PR-CV 370 o el sendero SL-CV 168, conocido como la “Ruta de las Cavas de Mariola”, que es una ruta circular desde Agres.
Desde la cava, comenzaremos pondremos rumbo a la cima del Portín, cresteando toda la Sierra de Mariola, por un tramo del sendero algo mas pedregoso, pero que nos deja puntos con vistas preciosas.
Llegando incluso en algunos puntos a obtener unas geniales vistas de gran parte del parque natural, y si miramos hacia el Este, podremos contemplar la magnífica cima del Montcabrer, el pico más alto de la sierra, y otras elevaciones cercanas.
Cima de El Portín
El siguiente punto de interés que nos encontramos en la ruta es la cima de “El Portín”, situada a 1086 metros de altura. Esta cima tiene unas interesantes vistas de gran parte de la Sierra de Mariola.
Mirando hacia el oeste, veremos Alfafara bajo la sierra, Bocairente a lo lejos, y justo en frente de nosotros, una curiosa formación caliza que parece colgar de la montaña. Junto a la cima, hay otra cava algo más estropeado, la Cava del Portín, que si vais con tiempo suficiente podéis echar un vistazo.
Tras visitar esta zona, seguimos la senda que va por la cresta, dirección a la cueva, y al Cabezo de Mariola, que lo vemos al fondo, dirección oeste.
La senda que seguimos sale a un camino, donde encontramos un cruce, y deberemos decidir, si subir primero al Cabezo, dirección izquierda, o bordear el cabezo, e ir a la Cova Bolumini, primero, da igual, ya que es circular, y podemos llegar por los dos lados, fijaros en el mapa de ruta.
En nuestro caso, y como queríamos hacer esta pequeña tramo circular, optamos por ir primero a la cueva, por el lado derecho.
Cueva de Bolumini
La Cova de Bolumini, es el punto culminante de esta ruta, para llegar a ella, deberemos acceder por una senda a la sombra del Cabeçó de Mariola. El acceso por abajo, que es por el que nosotros optamos nos ofrece un tramo muy chulo de senda, pegado a las paredes verticales del cabezo.
La cueva, es una auténtica maravilla, y aunque dependiendo del día y la hora de visita, podemos encontrar bastante gente, nosotros tuvimos mucha suerte y la visitamos solos, con lo que pudimos disfrutar con mucha tranquilidad.
En la cueva destacan dos puntos, su enorme boca de acceso, que nos deja bellas estampas, y su famosa columna, que, mirando desde algunos puntos, puede llegar a parecer la forma de unos ojos. Tras pasar un buen rato disfrutando de la cueva y de las vistas, tomamos la senda dirección a la cima del cabezo, saliendo de la cueva hacia la izquierda.
Cabezo de Mariola
En este enclave, estuvo situado un Poblado Íbero, en el que, según las excavaciones realizadas, se ha demostrado que estuvo habitado entre los siglos IX al I a.C., cuando fue destruido por los romanos. Según los datos obtenidos, es posible que, en este poblado, llegaran a vivir más de 700 personas, teniendo una gran relevancia por su ubicación, y poder económico y comercial.
Desgraciadamente, quedan pocos restos apreciables por ojos no entendidos, más que las murallas o muros que se pueden ver a simple vista, y echamos en falta que estuviera algo más protegido, y con más paneles informativos, ya que solo encontramos uno.
Tras visitar el poblado, bajamos por la senda que desciende del cabezo, hasta llegar al cruce por el que habíamos pasado antes, y tomar el camino que desciende hacia la derecha, por el cual podríamos llegar al camping, pero en nuestro caso, a unos 100 metros, tomamos una senda que parte a la derecha.
Esta senda, más bonita que bajar por el camino, bordea un poco el cabezo por la otra cara, y después comienza a descender hacia el Camping Mariola, dejándonos en la parte de arriba del camping, junto al restaurante. En nuestro caso, aprovechamos y comimos en restaurante junto al camping, y tuvimos suerte porque nos encontramos con este precioso árbol.
Amante de los viajes con mochila, y siempre pensado en el próximo viaje, y en transmitir a mis hijas la pasión por viajar y por conocer mundo, culturas, religiones y vivir nuevas experiencias. Viajar es educar, viajar es comprender, viajar es empatizar. Viajar es el mejor regalo que les puedo ofrecer.
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