En nuestro último día por el sur de Francia, y después de haber pasado la noche en Rodez, pusimos rumbo a Albi, capital del departamento del Tarn, y conocida como la Ciudad Roja.
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Durante nuestra ruta por Occitania nos habíamos sorprendido bastante con la belleza de los pequeños pueblos que habíamos visitado, lugares con Cordes Sur Ciel o Conques nos habían enamorado.
Pero todavía nos quedaba otra sorpresa…. Sobre el papel, Albi, una ciudad de unos 52.000 habitantes, y capital del departamento de Tarn en el sur de Francia, no parecía un lugar que pudiera sorprendernos después de los pueblecitos medievales que acabábamos de visitar, pero estábamos equivocados.
Albi, los Cátaros, el Papa y Toulouse Lautrec
Este ciudad a orillas del Tarn está marcada por una historia convulsa y agitada, que marcó su destino con especial importancia en la época medieval.
La Ciudad Episcopal de Albi se encuentra inscrita, desde el año 2010, como Patrimonio Mundial de la Unesco, gracias a su rico patrimonio medieval, como son la Catedral Sainte-Cécile, el Palacio de la Berbie, su Puente Viejo, y otros tantos lugares que atraen a más de 1 millón de visitantes al año.
La ciudad destaca por tener dos monumentos construidos en ladrillo incluidos dentro de los de mayor tamaño en el mundo, se trata de la catedral y el palacio de la Berbie.
La historia de la ciudad comienza sobre la pequeña colina de «el Castelviel» lugar de asentamiento desde la prehistoria, y ubicación de la primera fortaleza de la ciudad, durante la Edad Media.
En la época medieval, Albi dio nombre a una de las cruzadas más importantes de la iglesia Católica, la Cruzada Albigense, que pretendía erradicar a los Cátaros.
Los Cátaros o Albigenses fueron un movimiento religioso que durante los siglos XI y XII se hizo fuerte en el sur de Francia, principalmente en la zona de Occitania o Midi-Pyrénées.
La iglesia católica en su Concilio de Letrán y de la mano Papa y de los reyes de Francia, iniciaron una cruzada contra los cátaros y albigenses, teniendo como uno de los bastiones católicos, la Ciudad Episcopal de Albi.
De hecho hay constancia que la Inquisición medieval, tal como la conocemos, se constituyó en Albi con el fin de luchar contra los Cátaros en la Cruzada Albigense.
El palacio Episcopal, o Palais de la Berbie, fue conocido como la «Casa del Inquisidor«, ya que el obispo de Albi fue uno de los inquisidores que más duramente lucharon en la cruzada contra los cátaros.
Qué ver en Albi
Albi es la ciudad perfecta para realizar la visita en un día, ya que el centro histórico de la pequeña localidad del sur de Francia reúne los monumentos medievales que han dado popularidad a la ciudad.
Catedral de Santa Cecilia
La Catedral Sainte-Cécile es la catedral de ladrillo más grande del mundo, con unas dimensiones de 113 metros de largo, 35 de ancho y 40 de altura. Su campanario se encuentra a 78 metros de altura.
Se trata sin lugar a dudas de uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad. Construida entre los años 1282 a 1480 en estilo gótico meridional, es una de la catedrales más visitadas en Francia.
Su construcción tiene un aire a una fortaleza medieval, y no en vano, ya que fue estandarte en la lucha de la iglesia católica contra los herejes albiguenses o cátaros.
El material de construcción usado, el ladrillo, todavía acentúa más su aspecto de fortaleza, y es que en esta zona, al carecer de canteras, el material de construcción más usado fue el ladrillo. Estos ladrillos se cocían junto al río Tarn haciendo uso de las arcillas de la zona.
Pero si hay algo que la hace ser una de las catedrales más bonitas del mundo, son sus frescos, con 18.500 metros cuadrados de superficies pintadas.
La Catedral con más superficie pintada en Europa
Cuando se accede al interior de la Catedral de Santa Cecilia da la sensación de que se accede a una muestra de pintura bíblica de proporciones excepcionales.
Hemos de decir que la catedral de Sainte Cécile ha pasado a estar en nuestro Top 1 de iglesias gracias a su impresionante interior pintado, las fotos no le hacen justicia.
La bóveda está preciosamente decorada en un fondo azul con arte renacentista italiano, pero por toda la iglesia encontramos diferentes representaciones bíblicas, destacando la representación del Juicio Final bajo el órgano de la catedral.
Gracias a realizar una visita guiada con la Oficina de Turismo de Albi, descubrimos detalles que a simple vista pasan desapercibidos. Nos explicaron que sus frescos apenas han sido restaurados, y esto es debido a que al estar construida en ladrillo, el cual es poroso, ha facilitado la ventilación de las pinturas y ha permitido mejor su conservación.
El gran órgano de la Catedral con 16 metros de ancho por 15 de alto y originario del año 1730, es otro de los preciosos elementos que encontraremos durante nuestra visita.
Otro de los lugares interesantes de la catedral es el Coro Alto de los Canónicos, que fue restaurado en el año 2015.
Protegido por una pared blanca que parece una obra de orfebrería, no dejará a nadie indiferente debido a la delicadeza de los detalles y a sus más de 200 estatuas que lo decoran.
Recorrer la catedral sin prisa, nos hará descubrir la infinidad de detalles y el duro trabajó que supuso completar esta obra tan increíble de arte eclesiástico.
Esta catedral, con pinta de austera en su exterior, ha sido uno de las Iglesias Católicas que más nos ha sorprendido, y la cual os aconsejamos que visitéis, sin duda una de las más bonitas que hemos visto.
La entrada a la catedral es gratuita, solamente necesitaremos pagar entrada si queremos visitar el coro (5 euros), o el coro y el tesoro (6 euros). Los menores de 12 años entran gratis.
El horario de visita de la Catedral es de 9:30 a 18 horas de lunes a sábado, y los domingos podremos acceder de 9:30 a 10:15 y de 13:30 a 17:30 horas. Durante las fiestas religiosas los horarios cambian, por lo que conviene consultarlos.
Palacio de la Berbie
Otro de los lugares que ver en Albi, es el antiguo Palacio Episcopal, lugar de residencia de los obispos de la ciudad, y en el que hoy en día encontramos el Museo Toulouse-Lautrec.
Construido en el siglo XIII, esta fortaleza de aire militar fue la sede del obispado, y de ahí proviene su nombre, una derivación de la palabra occitana – Bisbia – que significa obispado.
El interior del palacio sirve ahora para albergar la obra del pintor, con lo que la visita al palacio se centrará en admirar sus preciosos jardines.
Para visitar otras partes del palacio, deberemos entrar al museo, ya que durante la visita podremos admirar diferentes salas del palacio.
Los jardines del Palacio de la Berbie están situados en el que era el patio de armas de la antigua fortaleza de la ciudad episcopal, y se encuentran asomados a la ribera del Tarn.
En este caso la visita se realiza por las murallas de la antigua fortaleza, ya que no está permitido bajar a los jardines.
El acceso para visitar los jardines es gratuito se puede visitar de 8 a 18 hrs de octubre a marzo, y de 8 a 19 hrs de abril a septiembre.
Museo Toulouse-Lautrec
Aunque mucha gente lo desconoce, el famoso pintor conocido por obras como la cartelería del Moulin Rouge, nació en Albi, y aquí se encuentra su museo.
La visita al museo Toulouse-Lautrec conjuga la visita a las obras de arte del pintor, con la visita a algunas de las salas más bonitas del palacio de la Berbie.
El museo alberga la colección más importante de obras del pintor Henri de Toulouse-Lautrec, con más de 1000 obras entre las que encontramos pinturas, dibujos, litografías, lienzos, retratos…
La visita comienza en las salas inferiores del palacio, donde encontramos las primeras obras del pintor, más centradas en el entorno de Albi, y en sus primeras etapas como pintor.
Conforme va avanzando la visita, comenzaremos a encontrar una etapa más llamativa para los visitantes, que coincide con la época en que el pintor vivió en París, cuyas obras se centran en gran medida en la vida de los burdeles y cabarets parisinos.
Fue una de las partes que más nos llamó la atención de la exposición, la cartelería que realizó durante sus años de vida en París, ya que el pintor para poder vivir, realizó trabajos para diferentes locales de la ciudad.
Además de las obras de Toulouse-Lautrec, en el segundo piso encontramos una gran colección de arte moderno, con artistas contemporáneos de la corriente conocida como Realidad Poética.
Y como decíamos antes, la visita al Museo nos descubrirá la belleza del Palacio de la Berbie, con preciosas salas con techos pintados, preciosas galerías y corredores, y salas con techos abovedados.
Además, podremos visitar la sala donde se encontraba el Tribunal de la Inquisición, que cuenta con uno de los suelos de terracota barnizada del siglo XIII más importante de Europa.
También obtendremos unas vistas muy buenas desde el segundo piso del Museo hacia la ribera del Tarn y los jardines de la Berbie.
El precio de acceso al museo es de 9 euros por adulto, 5 euros los estudiantes y gratis para menores de 14 años. También disponen de una entrada familiar por 19 euros.
Los horarios depende del mes del año en que nos encontremos, yendo desde las 9 – 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde. Pero varios meses al año cierra de 12 a 2 de la tarde, por lo que os aconsejamos que reviséis los horarios en la web oficial del museo.
Pont-Vieux o Puente Viejo de Albi
Este puente medieval de más de 150 metros fue construido entre los años 1035 y 1042 está clasificado como monumento histórico de Francia desde 1921.
Construido para conectar las dos riberas del río Tarn en época medieval, los comerciantes que los cruzaban debían pagar tributos por las mercancías que transportaban.
Sin lugar a dudas la imagen del puente es una de las más fotogénicas de la ciudad.
Casco Antiguo de Albi: Barrios de Castelviel y Castelnou
Se trata de los dos barrios más antiguos de la ciudad. Se encuentran ubicados rodeando la catedral y el palacio episcopal, y la mejor forma de conocerlos es pasearse por sus estrechas callejuelas descubriendo los bellos edificios.
Las calles medievales de estos dos barrios nos muestran los edificios de ladrillo y entramado de madera que se construían por los comerciantes de la ciudad.
Estos dos barrios forman parte de la Ciudad Episcopal y están inscritos como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Mercado Cubierto de Albi
Muy cerca de la Catedral de Sainte-Cécile encontramos el mercado cubierto de Albi, construido en el año 1902.
El Marché Couvert es un mercado de alimentos construido en el característico ladrillo de la zona y cubierto por una estructura metálica.
Situado en el barrio Saint Julien, a escasos pasos de la catedral, nosotros que somos unos enamorados de los mercados, no pudimos resistirnos y pasar a conocerlo, aunque por desgracia al ir después de comer estaban casi todos los puestos recogidos.
Oficina de Turismo de Albi
La oficina de turismo de la ciudad se encuentra junto a la catedral y al lado de la entrada al museo de Toulouse-Lautrec, por lo que os recomendamos su visita.
En ella podremos obtener mucha información sobre la ciudad y los alrededores, y os recomendarán buenos lugares para comer.
Albi City Pass
La tarjeta turística Albi City Pass os ahorrará algo de dinero si tenéis pensado entrar al Museo Toulouse-Lautrec, y visitar dentro de la Catedral el Gran Coro y el Tesoro.
Por un precio de 12 euros tiene incluida la visita a estos dos monumentos, y además incluye tarifas reducidas en las visitas a otros monumentos así como descuentos en restaurantes de la ciudad.
Albi, cómo llegar
La ciudad de Albi se encuentra situada a menos de 50 minutos de Toulouse, a aproximadamente 1 hora y media de Carcasonne. y a unas 2 horas y media de Montpellier, por lo que podremos visitarla perfectamente en coche.
La estación central de tren de la ciudad, Albi Ville, se encuentra a 15 minutos a pie del casco antiguo, por lo que también es una buena opción llegar a la ciudad en tren.
Desde Toulouse hay una frecuencia de más de 15 trenes al día que comunican las dos ciudades. En la siguiente web, podréis consultar los horarios de los trenes y la comunicación con las diferentes ciudades francesas.
Nuestra visita a Albi fue algo corta, ya que debíamos poner rumbo a Toulouse, y nos quedamos con ganas de visitar más lugares, como el Claustro de Saint-Salvi, pero quedamos tan enamorados de esta zona del sur de Francia que seguro que volveremos.
Amante de los viajes con mochila, y siempre pensado en el próximo viaje, y en transmitir a mis hijas la pasión por viajar y por conocer mundo, culturas, religiones y vivir nuevas experiencias. Viajar es educar, viajar es comprender, viajar es empatizar. Viajar es el mejor regalo que les puedo ofrecer.
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