En un país como Corea del Sur, en el que muchos elementos históricos han sido destruidos por las diversas guerras, la Aldea tradicional Yandong es una de las pocas aldeas históricas que quedan en el país.
Con una antigüedad cercana a los 500 años, un paseo por la aldea nos devolverá a dinastías pasadas y a la Corea más tradicional.
Yangdong, visita a la aldea histórica
Yandong está situada aproximadamente a una hora de la ciudad de Gyeongju, capital de la Dinastía Silla, y una de las ciudades más interesantes del país.
Junto con la aldea histórica de Hahoe, Yangdong fue declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 2010 por ser un reflejo de arquitectura y de la cultura de la dinastía Joseon.
A distinción de otras aldeas tradicionales que encontramos durante nuestra ruta por el país, Yangdong es una aldea real, en la que la mayoría de las casas están habitadas.
Recorrido por Yandong, conociendo la aldea
La visita a la aldea comienza en el centro de visitantes de la aldea, junto a la que encontramos las taquillas donde podremos comprar los tickets de acceso.
El precio de la entrada a Yangdong es de 4000 won por adulto, 2000 won los adolescentes y 1500 won los niños.
Nada más pasar las taquillas tendremos unas geniales vistas de la aldea completa, ubicada sobre en las faldas y cresta del monte Seolchang.
La visita a la aldea se realiza por libre, y es relativamente sencilla. La aldea se encuentra dividida en tres zonas, y partida por un riachuelo.
Con aproximadamente 150 casas tradicionales, la construcción de las casas destaca por tener techos con tejas y techos de paja, según la época y el poder económico de quien la construyera.
Las casas fueron construidas por diversos clanes, como son el Clan Wolseong Son y el Clan Yeogang Yi, y dentro de la aldea encontraremos casas pertenecientes a los jefes y altos cargos de los clanes, y a los ciudadanos normales.
Existen rutas prefijadas por la aldea Yandong, pero creemos que la mejor forma de conocer la aldea es recorrerla con calma, y vuestro ritmo.
En nuestro caso la lluvia estuvo presente durante toda nuestra visita, por lo que fuimos recorriéndola con calma, protegiéndonos de la lluvia en los patios de las casas y puertas de acceso.
Nuestra visita comenzó visitando el margen derecho del riachuelo, donde se encuentran las casas más sencillas de la aldea.
Tras ello, y tras echarnos una fotos junto al bonito estanque con flores de loto que hay junto al río, pusimos rumbo al monte, en el margen izquierdo del río, la zona donde se sitúan la mayor parte de casas.
Conforme empiezas a recorrer los distintos caminos de la aldea, y a visitar las casas más importantes, te das cuenta de la belleza del lugar, y de lo bien conservadas que están la mayoría de las casas.
Entre las casas importantes que podemos visitar se encuentran la Casa Hyangdan, el Pabellón Gwangajeong, la Casa Mucheomdang y la Escuela de la aldea Seobaekdang.
No son difíciles de identificar, ya que delante de todas las casas importantes encontramos carteles explicativos en inglés.
La visita a las casas está restringida a la zona del patio de la casa y la zona exterior, ya que en la mayoría de las casas, a pesar de ser históricas, son de propiedad privada.
Aún así acceder a esta zona y disfrutar de la preciosa arquitectura de las casas nos hará retroceder 500 años en el tiempo.
Y como en la gran mayoría de casas coreanas, igual que en templos y otros lugares que fuimos visitando por el país, encontraremos las vasijas de barro donde los coreanos preparan el famoso kimchi, el plato más popular del país.
El tiempo de visita a la aldea nos llevó aproximadamente unas 3 horas y media, aunque se nos pasaron volando. No os podemos precisar el tiempo que tardaréis en hacerla, ya que depende de vuestras ganas de perderos por este bello entorno.
Una vez terminada la visita, podréis tomar algo en alguno de los pequeños restaurantes ubicados en alguna de las casas de la aldea, aunque en nuestro caso los encontramos todos cerrados.
Tuvimos que tomar algo en un pequeño restaurante que hay en el centro de visitantes, mientras esperábamos que se hiciera la hora de coger el autobús de vuelta, que tiene unos horarios muy cerrados, como ahora os explicaremos.
Como ir y volver de Gyeongju a la Aldea Yangdong
Aunque existen varios autobuses que conectan la ciudad de Gyeongju con Yandong, el único autobús que nos llevará justo a la entrada de la aldea es el número 203.
Para coger este autobús os tendréis que dirigir a la estación Intercity Bus Terminal, que se encuentra ubicada aquí, no os equivoquéis y os vayáis a la estación de al lado, la Gyeongju Express Bus Terminal, que es desde donde salen los autobuses a Daegu o Busan.
El autobús 203 también se puede coger el calle Seonggeon-dong, donde se encuentra ubicado el Mercado Jungang, ya que recorre toda esta calle dirección a la estación de tren, y tiene varias paradas en ella.
Los horarios del autobús 203 dirección a Yandong van desde las 6:20 de la mañana hasta las 20:15, con una frecuencia aproximada de un autobús cada hora y cuarto a dos horas, por lo que es conveniente planificar bien la visita a Yangdong.
El trayecto de bus entre Gyeongju y Yandong nos llevará aproximadamente 1 hora y poco, y el autobús nos deja justo en la entrada de la aldea, no tiene perdida porque incluso el conductor os avisará.
A la hora de volver tenemos el mismo problema, el horario de autobús de Yangdong a Gyeongju es reducido, y como perdamos el autobús en el que estemos interesados, deberemos esperar un par de horas para coger el siguiente.
En nuestro caso cogimos el autobús de ida que partía a las 09:15 horas, y volvimos en el de vuelta que salía de Yandong a las 15:10 horas.
Este autobús lo podemos pagar en metálico, aunque tendréis que llevar billetes pequeños, aunque la mejor opción, es pagar con la T-Money, la tarjeta de transporte que os hará la vida más fácil en Corea.
En nuestro caso, y tras visitar Yangdong, al volver a Gyeongju, pusimos rumbo a la ciudad portuaria de Busan.
Amante de los viajes con mochila, y siempre pensado en el próximo viaje, y en transmitir a mis hijas la pasión por viajar y por conocer mundo, culturas, religiones y vivir nuevas experiencias. Viajar es educar, viajar es comprender, viajar es empatizar. Viajar es el mejor regalo que les puedo ofrecer.
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